Confieso que he desarrollado un profundo respeto por esas personas que tienen la habilidad de tomar una prenda que queda hecha un colocho después del ciclo de secado y que con volverla a ver les queda lisa como el pelo de un chino, es como si la tela les tuviera miedo, inclusive les queda mejor que mandado a hacer en “dri-clinin”. En mi nueva vida me he visto obligado a desarrollar una seria de habilidades domésticas con las que antes no contaba, pero admito que con el planchado sigo siendo un novato!
En este mundo corporativo, y particularmente en Suecia, verse bien es tan esencial como manejar los conceptos de la “Pirámide de Maslow” y las “4 P del Mercadeo”. Para evitar verme como un acordeón he tenido que entrarle de frente a la tabla de planchar y ese electrodoméstico que se ríe de mi, aun no he quemado nada y no creo que me pase gracias a que la tecnología de hoy en día permite que el aparatito se apague después de unos segundos de estar horizontal y sin moverse.
Entre todas las cosas con las que me he topado las camisas son las más rejegas y especialmente las mangas! No sé que es el asunto con esa sección pero me hace sudar y no es por el calor…
He llegado a concluir que a los encargados de hacer los planes de estudio de Administración se les olvidó que cuando uno empieza su carrera profesional no alcanza la plata para estar mandando la ropa a la lavandería y mucho menos para pagarle a alguien que se encargue de esta labor. Es por lo anterior que considero que se debería de incluir un taller de un par de horitas de “Principios de planchado” para desarrollar esta habilidad antes de graduarse, porque definitivamente verse bien no es sólo cuestión de lo que uno se pone, sino también del estado en el que estén esas cosas.
Entre mis demás habilidades domesticas puedo mencionar: barrer, pasar el palo ‘e piso, aspirar, cocinar, lavar platos, lavar ropa (no es tan fácil cuando las maquinas están en sueco), planchar y limpiar baños (no es la más linda, pero es igual de necesaria). Estoy seguro de que mi mamá está disfrutando mucho leer todo esto! No sé cuantas veces me insistió de que ayudara en la casa y es en esto momentos en los me haría bueno haber aprendido un poquito de ella, como me lo ha dicho siempre “ SABIA tu madre!”.
Definitivamente esta vivencia de casi dos meses me ha traído mucho más que sólo experiencia personal y profesional, le debo sumar experiencia de vida. Este es el momento en el que tengo los bóxers y las medias colgando sobre los radiadores del cuarto para que se terminen de secar, porque se terminó mi tiempo de lavado antes de que estuvieran listas.
Nota mental: “No acumular tanta ropa sucia para las próximas veces”.
Y si todavía no saben, APRENDAN A PLANCHAR!