martes, 22 de marzo de 2011

A que huele la felicidad?

…esa fue la pregunta que me hice hace varios días hasta que el domingo me llegó de sorpresa la respuesta a las fosas nasales.

Para mí la felicidad huele a tierra seca recién mojada.
Ese vaporcillo cargado de vida que se eleva tras el primer contacto de la humedad con el suelo que ha estado seco por las inclemencias de la naturaleza. Es la misma humedad que despierta centenares organismos (entre insectos y plantas) que han estado en reposo hasta que llega de nuevo el momento para retomar sus básicas rutinas.



Definitivamente este es un olor que siempre me ha gustado, pero ahora es cuando más lo aprecio. Con el quebrar del invierno se aproxima la llegada de la primavera, y durante estos primeros días por dondequiera que camine está presente ese aroma que me hace sonreír y que me obliga a buscar un parchecito de tierra para ver las primeras hojas de zacate salir en busca Sol.

Junto con este olor cambian también las personas, no digo que una cosa lleve la otra, pero es  una coincidencia genial! Tanto entre mis amigos como entre completos extraños puedo percibir una nueva actitud, una más llena de energía y positivismo que sin duda le traen más belleza a esta ciudad.

Si no me creen abran la ventana cuando lleguen las primeras lluvias, inhalen profundamente y disfruten de mi olor de la felicidad.

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