miércoles, 22 de junio de 2011

Bautizando productos

Últimamente mis post han sido sobre Marketing; pero la verdad es a lo que dedico muchas horas a la semana, y honestamente no es una tarea fácil.


Una de mis actividades más recientes en los proyectos de desarrollo de producto en que trabajo, ha sido ponerle nombres a los aparatitos; la gente que no trabaja en esto tal vez no se imagina el complejo proceso que hay detrás de un nombre, pero les aseguro que no es cosa de un día. Hay que considerar aspectos que van desde de la estética y sonoridad de las palabras; pasando por verificar que no tengan nada relacionado a los competidores; hasta si es las opciones escogidas son registrables como Trade Marks a nivel global.
A lo largo del proceso explotan preguntas en la cabeza como: ¿Debería de ser un nombre largo o corto? ¿Qué será mejor un nombre abstracto, sugestivo o descriptivo? ¿Es mejor un nombre real, uno compuesto o algo inventado?

La verdad es que no existe una ciencia exacta para escoger un nombre, eso lo pueden confirmar todos nuestros papás; pero a partir de mi humilde experiencia aquí hay algunas recomendaciones pueden hacer del bautizo más sencillo:
  • Desarrollen una clara estrategia de nombres para sus líneas de productos. Algo tan simple como lineamientos y guías; definir si los nombres de la línea van ser similares para darle unidad, o no; o si quieren algo catchy o formal, son pocas cosas que les van a dar mucha claridad. Apple, BMW y Levi’s son excelentes ejemplos de una buena ejecución de una estrategia de nombres.
  • Antes de sentarse a pensar en nombres saquen un rato para darle una personalidad al producto. Definan su género, gustos, hobbies, edad, profesión, es trendy, geek o techy, etnia, nivel socioeconómico, etc. Una amplia serie de atributos que permiten humanizar al producto, al entender el objeto con que se está tratando es más fácil encontrar nombres que calcen.
  • No se enfoquen en aspectos técnicos, más bien resalten los elementos emocionales del producto para crear conexión y afinidad con el consumidor.
  • Asegúrense de que las palabras seleccionadas no tengan una connotación negativa en otros idiomas.
  • Tengan a mano una lista de los principales productos de la competencia para escoger un nombre diferenciado.


Estoy seguro que tengo mucho más a prender sobre este proceso, y tengo que admitir que es realmente interesante cuando toca vivirlo. Un granito más para mi bolsa de conocimiento!

De ahora en adelante no subestimen un nombre, hay mucho trabajo detrás de ellos; y hagan como yo, traten de pensar en qué fue lo que pasó por la cabeza de las personas que lo escogieron.

Bautizando,

Anto.

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